Silvia, 14 años: insulta a su madre, suspende, se encierra en su habitación, no dialoga

Silvia, de 14 años, acude desde hace 5 meses a consulta ambulatoria en sede central de RecURRA-GINSO, donde sigue terapia psicológica todas las semanas de forma individual; y mensualmente, viene con sus padres y hermana pequeña a terapia familiar. 

Hace 5 meses, los padres acudieron muy angustiados al Programa RecURRA-GINSO, explicando que en este último año, Silvia se muestra cada vez más desafiante en casa. Además, en el colegio, les aconsejaron que fueran a terapia, ya que Silvia últimamente tiene conflictos con compañeros, falta en ocasiones a clase y ha comenzado a no aceptar algunas normas.

Según sus padres, Silvia, siempre ha sido una niña con mucho carácter, especialmente con ellos, pero también muy simpática y cariñosa. Al nacer su hermana, comenzaron los celos y también las rabietas.
Sus padres han leído varios libros sobre la educación en adolescentes, ven programas de televisión respecto a este tema y acuden a diversas tutorías para buscar una solución; pero vieron que el problema les desbordaba cuando Silvia empezó a insultar a su madre, se cerraba en la habitación durante horas con el ordenador y el móvil, y los estudios están  dejando de tener importancia para ella.
Cada vez es más difícil hablar con Silvia, ya que responde continuamente con “paso”, “déjame, eres una pesada”, “no te metas en mi vida, que ya no soy una niña”… y apenas realiza actividades con ellos para no tener que hablarles.
Acudir a terapia ha sido realmente eficaz, ya que la situación familiar era tan destructiva, que necesitan de un tercero para poder gestionar los conflictos sin buscar culpables.
 
OBJETIVO DE LA TERAPIA 
 
El objetivo de la terapia es “ocuparnos, no preocuparnos”. Desde el comienzo se ha buscado entender a Silvia, “ponernos en sus zapatos” y saber cómo se siente. Además, se ha sido muy firme con ella y se han dado pautas a sus padres para que así lo sean, y que ella entienda que no está en un plano de igualdad con sus padres.
Como siempre, se busca favorecer una comunicación fluida, sin interrogatorios, sin juicios y críticas…; es importante escuchar, entender y dejar florecer los sentimientos y emociones. Tanto Silvia como su familia han sufrido mucho, sienten que su casa es un lugar de batalla y sobre todo se sienten muy solos.., por ello, es importante que hablen y vean que todos se sienten igual.
Es crucial para el psicólogo establecer una red con el tutor de Silvia y su orientador para realizar un trabajo interdisciplinar. También fue importante contactar con su antigua entrenadora de baloncesto, para que le diera una oportunidad y pudiera volver a disfrutar del deporte.
Todavía queda trabajo por realizar en la familia antes de poder dar el alta, pero vamos en camino!
 
Es importante q los padres tengan claro que esta problemática no mejora “porque sí”, “ni es típico de la edad”, “ni es una varicela que se debe pasar”…, hay que tomar medidas efectivas de forma urgente y contundente desde todos los ámbitos. No ver al hijo/a como un enemigo porque ellos SIEMPRE están sufriendo (al igual que los padres), aunque pareciera que todo les da igual y pasan. Es importante saber q le ocurre. RecURRA se distingue porque no solo trabajamos con el menor, sino con la familia. Digamos que el menor presenta la sintomatología (principalmente porque es el elemento más vulnerable y en pleno desarrollo), pero la patología está en toda la familia. Es importante la implicación de todos y cada uno.

RESPUESTAS PRÁCTICAS PARA PADRES AGOBIADOS 

Los adolescentes necesitan expresar su rebeldía, por eso ocasionan algunas disputas familiares, hacen los contrario que les indican sus padres o transgreden las normas. Los conflictos más frecuentes están relacionados con las tareas y las responsabilidades cotidianas (tareas domésticas, hora de llegada, el respeto, la obediencia, etc.) pero las confrontaciones no tienen porque ser violentas ni doloras emocionalmente. El diálogo y que los adolescentes entiendan que la autonomía se consigue progresivamente, serán cruciales para resolver enfrentamientos. 
Lo más valorado por los hijos es que los padres sean coherentes en las pautas educativas y que tengan los criterios claros, que impongan límites, que los responsabilicen y que sean flexibles. 
 
Es clave: 
* Reír en familia. 
* Contar anécdotas del día. 
* Alertar de situaciones de riesgo como las drogas, el alcohol, las relaciones sexuales sin responsabilidad, las sectas, el mal uso de las nuevas tecnologías. 
* Es importante que los padres valoremos a nuestros hijos. 

 

 

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