MENORES SIN ALCOHOL: Comparecencia en el Congreso de los Diputados

 

 

MENORES SIN ALCOHOL

COMPARECENCIA

CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

El 22 de mayo de 2017

 
 
Javier Urra
Primer Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid
Psicólogo de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y de los Juzgados de Menores de Madrid (en excedencia voluntaria)
Dr. En Psicología. Dr. en Ciencias de la Salud. Profesor de la Universidad Complutense
Académico de Número de la Academia de Psicología de España
Presidente de la Comisión Rectora del Programa recURRA-GINSO para padres e hijos en conflicto.
 
Señorías, soy una persona con criterio, que suele tener las ideas claras, y sin embargo en este tema no poseo certezas, por lo que vengo a compartir alguna duda.
 
  1. 1.      Menores sin alcohol
 
1.1   . ¿Menores de 18? ¿de 16?
1.2   . Sin ¿quiere decir sin nada de alcohol? ¿se admite la cerveza sin alcohol o “chupitos sin alcohol”?
1.3   . Alcohol ¿de baja graduación? ¿de todo tipo?
 
  1. 2.      La legislación como pedagogía
Entre el año 1996 y el 2001 tuve el honor de ser el Primer Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid y apoyamos y coparticipamos en elevar la edad de consumo del alcohol, pasando de 16 a 18 años.
Buscábamos trasladar a la sociedad que el consumo de alcohol es peligroso y pernicioso, y en ese sentido hay que defender a los menores.
Éramos conscientes de la dificultad para hacer cumplir la norma, pues previmos el fácil acceso al alcohol, en las denominadas “tiendas de chinos” o mediante el uso de hermanos o amigos mayores.
La realidad es que hoy en España y como media de inicio en el consumo de alcohol nos encontramos con la corta edad de 13 años y 8 meses. La gran permisividad es innegable. Tenemos un verdadero problema de salud.
  1. 3.      Percepción social
Considero, que la ciudadanía cuando piensa en sus hijos, en sus nietos, en sus sobrinos y la droga, se preocupa, se perturba, pero mayoritariamente en su fuero interno excluyen en gran medida el alcohol.
La gente, así denominada de forma genérica se preocupaba en su momento por la heroína, el LSD; ahora la cocaína, el éxtasis etc.
Permítanme una pregunta en voz alta ¿deberíamos diferencial el alcohol de las drogas?
Ciertamente hay escasa conciencia de riesgo y fácil acceso a las bebidas alcohólicas. (El 50% de los menores que consumen alcohol de alta graduación aseguran que lo adquieren ellos mismos).
  1. 4.      ¿Cuándo alarma el alcohol?
La ciudadanía se echa las manos a la cabeza al oír por los medios de comunicación de una muerte por coma etílico, o al conocer de un caso extremo aun sin resultado de muerte.
Se es consciente de que la incorporación al instituto es un momento delicado.
  1. 5.      Una sociedad bañada en alcohol
En mi época, cuando un bebé lloraba se le mojaba el chupete en ojén (tipo de anís). El dolor de muelas se aconsejaba coñac (entonces no se le llamaba no brandy). Y en los ciclos de la mujer, trago de ginebra.
En nuestra sociedad, el alcohol nos acompaña en todo acto social y también individual. Con el mayor de los respetos, el vino hasta en celebraciones Eucarísticas.
Se bebe porque se está solo, se bebe para festejar, se bebe para olvidar, se bebe para compartir, se bebe para celebrar un bautizo, una boda, una separación, un reencuentro. Se bebe.
Cuando se bota un barco, se estrella una botella contra su casco. Y no son pocas las personas, los artistas que creen que su producción mejora tras la ingesta de alcohol, para conseguir la “iluminación”, la desinhibición, etc.
Las fiestas ya sean religiosas, como la Navidad o la Semana Santa, ya de tipo lúdico como los chiringuitos de las playas, las antiguas discotecas, los pubs, son momentos para beber, para seguir bebiendo.
Hoy se anuncian cruceros en los que con una pulsera puedes beber todo lo que quieras.
Y qué decir de un pueblo en el que el único lugar de encuentro y divertimento es quedar en el bar antes del almuerzo, después del mismo, antes de la cena y después de la misma.
  1. 6.      El alcohol como argamasa relacional
La presión social también las redes sociales donde surgen las “quedadas masivas” para consumir alcohol y los motivos mal llamados lúdicos son en gran medida la etiología de este problema.
Habiendo dejado claro que los niños, que los adolescentes, crecen en una sociedad en la que ven beber de forma generalizada no ha de sorprender que cuando son mayores, reproduzcan esa conducta. Es lo que se les dice: “podréis beber cuando seáis mayores”. Es decir, se les estimula.
Si nos vamos a San Fermines o a las Fallas o a la Feria de Sevilla, se entenderá que el consumo de alcohol es “sine qua non”. Proponer estas fiestas sin alcohol supondría una imparable manifestación de la población, un ataque a su libertad, una sinrazón.
No dejaré pasar la ocasión para manifestar la más profunda repulsa a quienes aprovechando unas fiestas tradicionales y bajo el nombre que ya les define de “La manada”, agreden sexualmente en grupo a una joven y se jactan en la red de ese terrible acto.
  1. 7.      La vida no es justa
En la vida se sufre, se divierte, se llora, se aburre, se ríe, se es despreciado por aquella persona a la que se quiere, se siente desaliento, deslealtad. Esa es la razón de que el ser humano busque siempre atajos como la droga, que incluye sin duda el alcohol.
También los niños saben que van a morir y que los seres que más quieren, también van a morir. Vivimos con esa angustia existencial, y el alcohol nos permite alejarnos de esa terrible realidad.
  1. 8.      Desinhibirse
Somos seres muy evolucionados con alma, con mente, más allá del cerebro, seres instintivos, animales pero también con lenguaje, espirituales que entremezclamos los intereses individuales con la generosidad social.
El alcohol nos reúne y pareciera, que nos une. Pensemos en una fiesta en nuestro hogar, por la noche donde invitamos a amigos a cenar pero sin alcohol, pudiera anticipar que la fiesta decaerá pronto.
Los jóvenes, los adolescentes, precisan del grupo, lo demandan y hoy quedar “a tomar” es un elemento esencial, es más, muchos jóvenes te dicen que si no se bebe se sienten en algo excluidos del grupo (otros son sanos y desde luego no precisan alcohol).
Llama la atención que hay “amigos” que se desentienden después de una conducta de atracón, de uno de ellos.
  1. 9.      La cara oscura
La violencia de género no se explica por el alcohol, pero incentiva la misma, la agrava.
Hay quien bebe y agrede. Hay quien bebe y comete una agresión sexual “y claro” luego se utiliza el alcohol, su ingesta como eximente, como atenuante, siendo que no siempre es así, que en muchas ocasiones se ha pensado lo que se va hacer y se hace.
Ocasionalmente nos encontramos con que el consumo de alcohol abusivo también lo ha sido por parte de la víctima y en ese caso lo acontecido ulteriormente se diluye, en el ámbito judicial ¿Qué pasó? ¿Cuánto hubo de voluntariedad? etc.
Cabe citar aunque sea de pasada, el debate abierto sobre la existencia o no de la escopolamina, también llamada “burundanga”, que mayoritariamente se utiliza echándolo a algunas bebidas, y de esa forma se consigue de la víctima lo que el agresor se propone. Pues si bien la víctima tiene consciencia de lo que está aconteciendo, no tiene capacidad volitiva para negarse a ello.
  1. 10.  Hechos lamentables
Parte del maltrato de la infancia también hunde sus raíces en la ingesta de alcohol y otras sustancias.
También son muchos los accidentes de tráfico, algunos gravísimos, ocasionados por gente muy imprudente que se pone al volante tras haber bebido alcohol. (Recientemente dos ciclistas han muerto y tres han quedado gravemente heridos y ello por una joven de 28 años al volante de un vehículo, siendo que dio positivo en alcohol y          drogas – ya había sido condenada con anterioridad por conducir bajo los efectos del alcohol y drogas -).
Tenemos accidentes laborales con la misma etiología y enfermos cirróticos… Convivimos con el alcohol, pero pareciera no somos conscientes de sus secuelas.
  1. 11.  Ruidos, orines y otros trastornos
En relación a los jóvenes y el alcohol, la sociedad reprueba las concentraciones masivas que perturban el descanso de la noche y la tranquila convivencia. Los botellones han sido desplazados fuera del centro de las ciudades o pueblos. Y así, “ojos que no ven….”
Las agrupaciones de adolescentes de jóvenes bebiendo, buscan en gran medida lo que se ha buscado siempre en generaciones anteriores, ver, dejarse ver, hablar, reír, ligar.
Son muchos los chicos y las chicas que consumen con cierta moderación y equilibrio, pero no es menos cierto que la ingesta de otros es terrible, inapropiada y descontrolada.
Primordialmente los consumos lo son de fin de semana. Se argumenta que el “botellón” se lleva a efecto por abaratar el consumo, puede ser, pero también el aspecto “tribal” de la reunión.
La noche, el alejamiento de los adultos, el sentimiento de una impostada libertad hace el resto.
  1. 12.  Taxistas
Buenos observadores e informadores.
A cualquier ciudad que me desplazo y viajo continuadamente por toda España pregunto a estos profesionales y me indican que recogen a chicas y chicos de 13, 14 años en ocasiones absolutamente bebidos, no es improbable que les vomite en el coche. Cuando llegan a su casa algunos padres se preocupan, pero no son pocos los que dicen “déjelo ahí” (prueba inequívoca de que reincide en la conducta). En otros casos el taxista se ve obligado a abrir la puerta de la casa y dejar al chaval sobre una cama o sofá, y es que allí no hay ningún adulto.
Me sorprendió como Defensor del Menor que algunos padres, pocos, equívocos abogados de sus hijos deseaban poner una denuncia contra miembros de las fuerzas de seguridad por retención ilegal, siendo que la policía había encontrado algún chico en mal estado por la calle y lo había llevado a algún hospital. Pareciera lo lógico por contra felicitar tanto a los policías como a los sanitarios y una vez superada la borrachera preguntar al hijo qué le lleva a un hecho tan dramático.
  1. 13.   5.000 intoxicaciones etílicas de menores
Esta es la cifra que se calcula trataron el año pasado los hospitales españoles.
Hace no mucho en la Comunidad de Madrid una niña que no cumplía los 13 años falleció por coma etílico. El padre reconoció que ingestas masivas como esta ya se habían producido con anterioridad, pero que ¿qué iba a hacer él? Y aquí tocamos un tema nuclear, el de los padres que se sienten sin autoridad, incapaces de dictar normas que se cumplan en cuanto a horarios.
  1. 14.  Bebida compulsiva
Cuando uno habla con los adolescentes, con los jóvenes, ellos te dicen que quien bebe compulsivamente muchas copas en la primera hora, es porque está mal, se sienten mal consigo mismo, con su entorno. Buscan ahogar su angustia en el alcohol. Es decir, no tienen una forma de ingesta similar al resto de adolescentes y jóvenes.
Téngase presente que los adolescentes son muy vulnerables, dada su alta impulsividad y bajo autocontrol. La moda de los “atracones de alcohol” es una conducta de alto riesgo. A lo que se añade que beben alcohol (un depresor), mezclado con estimulantes, bebidas energéticas…
  1. 15.  Bebe con moderación
Ese es el mensaje de la publicidad. Es tú responsabilidad. El mismo que con el tema del juego.
Pensar que los menores van a interiorizar, asumir esa conducta de un límite tan indefinido es o de gran ingenuidad o de gran hipocresía. No puede depender de niños y adolescentes el decidir beber o no.
La infancia en esta sociedad de consumo se ha acortado y mucho. Por contra la adolescencia se alarga “sine díe”. Y eso supone que el niño, se siente “obligado” a consumir alcohol, a mantener relaciones sexuales etc.
Son muchas las empresas, que viven del consumo de alcohol y claro hay que intentar que las nuevas generaciones se “enganchen” con prontitud para garantizar el presente y el futuro.
Ciertamente hay que denunciar la falta de alternativas, de teatro, de cine, de deporte para jóvenes, de campamentos, de actividades que a ellos les gusten, que ellos demanden. El desarrollo de estas opciones no impediría el consumo de alcohol pero probablemente lo disminuiría.
  1. 16.  Ayer y hoy
Señorías, cuando yo era adolescente, íbamos de mesones y pedías un vino y te lo ponían sí o sí con tres cuartas partes de gaseosa. Había miedo a la respuesta en casa si llegabas como se decía “piripi”. Eso no quita que en las fiestas se bebiera con fruición. Yo que soy navarro recuerdo perfectamente el Zurracapote en la peña.
Hoy se ha impuesto el denominado alcohol nórdico, es decir, de 40 o más grados, en una ingesta directa, sin tomar nada sólido.
Si a un joven en España se le pregunta ¿fumas?, puede ser que ponga una cara exculpatoria y diga yo no, si le preguntas por los porros ¡ah sí claro! (entienden que el hachís es muchísimo menos perjudicial)
Si a esos mismos jóvenes les preguntas ¿te drogas? Pueden poner cara de indignación y pueden decir “claro que no”, pero si continúas preguntando y les dices ¿y alcohol? Su respuesta puede ser afirmativa, si profundizas en cuántas copas en una noche, y con total tranquilidad la respuesta “7 o más”.
Un problema grave es que ellos dicen, “yo controlo”, pues no bebo todos los días.
Apreciamos ocasionalmente psicopatologías, ideas psicóticas, pensamientos inusitados y extraños, enlentecimiento cerebral, alteración de procesos cognitivos, fallas en el rendimiento escolar, posicionamiento desafiante, oposicionista y agravamiento de conductas violentas.  Es más, y a largo plazo aumenta la probabilidad de padecer trastornos mentales como reflejan investigaciones llevadas a efecto con rigor y publicadas en revistas de impacto científico como “Psicothema”.
  1. 17.  Deporte y naturaleza
Pareciera que la práctica del primero y el contacto con la segunda, pueden ser conformadores de una personalidad y una actitud que prevenga en gran medida conductas de ingesta de alcohol nada recomendables.
Y hablando de prevención, bueno será educar a los niños en la asertividad, en la capacidad para decir no ante la presión del grupo, aunque sea lo “normal” entendido como estadísticamente generalizado.
Apreciamos una devaluación de la forma de ocio y diversión.
Trasmitamos que practicar deporte, pasear, hacer teatro, ser parte de una orquesta, pintar, desarrollarse en otras artes como la escritura, la escultura, etc., no es ser un “pringao”.
Hay que incidir mucho más en el ocio saludable, en las actividades al aire libre.
  1. 18.  Dilema
Los amigos chilenos dicen la preciosa expresión “conversemos un vino”, quiere decirse, hablemos, algo opuesto a bebamos.
Queda claro en mis palabras que hay jóvenes que salen a desresponsabilizarse, no buscan el entretenimiento sino que entienden como llave de la diversión la ingesta rápida y masiva de alcohol, para según sus palabras “quedarse gilipollas”.
Y he aquí que hay una corriente de opinión de quien considera mejor que los hijos beban en el hogar delante de ellos, puedan tomar una copita de vino, para acostumbrarse, y así se les controla y se les enseñar a anticipar. Es todo un tema para el debate.
Claro que hay quien habla del vino, de la cerveza como algo cultural, tradicional e incluso como un alimento líquido.
Y aquí Señorías, mi gran duda, racionalmente estimo que debe prohibirse todo consumo de alcohol antes de los 18 años. Pero la experiencia también me dice que no hay nada más inservible que dictar leyes que se incumplan, o que no se hacen cumplir. He escuchado a algún policía municipal decir, nosotros no estamos para pedir DNI, lo cual me dejó perplejo.
A los 16 años y según qué tipo de trabajos, los jóvenes pueden ostentar un desempeño laboral, ¿es lógico prohibirles todo tipo de consumo y también de alcohol de baja graduación?
¿Existe paralelismo entre el joven que sale a beber, a beber desaforadamente, con el grupo de chicos que viene de un partido de rugby y se toma con el equipo contrario unas cervezas?
Esta es mi duda Señorías, la que quiero compartir.
¿Debiera perseguirse el consumo de todo tipo de alcohol, para los menores de 16, y el de más de 40 grados para los menores de 16 a 18?
¿Es cierto, que consumir alcohol de baja graduación supone pasar luego al de alta? ¿o no es así?
  1. 19.  Información
La información dirigida a los jóvenes, a los adolescentes es esencial, no se dude, la escuchan y en gran medida, cala.
Hoy la mayoría de los jóvenes que salen a beber dicen “a este le ha tocado conducir, no bebe” y ello por la información, y no nos engañemos por el miedo a la sanción de la Dirección General de Tráfico.
  1. 20.  Propuestas
Señorías, se concretan en:
Prohibir todo tipo de alcohol para menores de 16 años, prohibir alcohol de 40 o más grados “o de alta graduación” a los menores de 16 a 18.
Realizar campañas preventivas desde los medios de comunicación. Continuadas.
En los institutos, que los alumnos mayores, conciencien a los pequeños.
Dirigirse a los padres, para que asuman responsabilidades, para que se conduzcan como adultos en sus propias conductas y en la supervisión de la de sus hijos.
Instar a responsables de Ayuntamientos, Diputaciones, Cabildos, CCAA, a implementar actividades formativas y de ocio que no precisen del consumo de alcohol.
Ordenar a la policía municipal para que solicite los DNI a los que pudieran ser menores. Asimismo, perseguir a los irresponsables que suministran alcohol a los menores.
En el caso de apreciar que un menor ha consumido alcohol informar a sus progenitores. Si la conducta se repite, realizar actividades formativas disuasorias y si pese a ello la situación se cronifica, multar económicamente a los padres, pues son los últimos responsables de las conductas de sus hijos que pueden ser lesivas, para otros o para sí mismos.
 
OTROS ASPECTOS RELEVANTES
 
* No existen diferencias significativas de género. El consumo precoz de bebidas alcohólicas aumenta la probabilidad de abusar de otras sustancias. 
 * La percepción del riesgo en el consumo está disminuyendo. Se asocia el alcohol con la diversión, como componente articulador y dinamizador del ocio. Se trata de un consumo social, siendo su objetivo la integración en un grupo de iguales. A veces como desinhibidor social: “ser gracioso” para superar problemas de timidez, etc.
 
* Algunos estudios señalan que la curiosidad es la razón principal a la hora de consumir por primera vez (42%), le sigue la presión social (27,9%), y la búsqueda de efectos fisiológicos “para colocarme” (7,3%).
 
* Se detectan problemas legales. Pues el alcohol favorece que haya un menor autocontrol, incrementando la labilidad emocional, facilitando el comportamiento delictivo.
Asimismo, innegables los problemas afectivos y la relación entre ingesta de alcohol y suicidio.
Numerosos autores destacan la relación entre la vivencia negativa de las relaciones familiares y el uso de drogas.
Se constata el aumento de sexo no planificado, con riesgo de contraer enfermedades de trasmisión sexual o provocar embarazos no deseados.
 
* Los déficits y problemas personales constituyen factores de riesgo porque el adolescente puede intentar compensarlos o aliviarlos recurriendo al alcohol y otras drogas.
Los mayores índices de consumo de alcohol, tabaco o drogas estarían asociados a una mayor impulsividad de los niños con TDAH.
Sin embargo, puede resultar injusto relacionar el consumo de alcohol con el TDAH.
 
* El alcohol es un depresor del Sistema Nervioso Central, que pertenece al grupo de sedantes. Algunos jóvenes cuando los efectos enlentecedores del alcohol comienzan a manifestarse recurren a la cocaína o a las denominadas bebidas energéticas para activarse y así poder seguir bebiendo.
 
* El riesgo de sufrir una depresión en aquellos adolescentes que consumen habitualmente alcohol, aumenta exponencialmente.
Las áreas de psiquiatría infanto-juvenil de los hospitales, atienden en el 50% de los casos a pacientes que habían tenido un consumo previo de alcohol y otras drogas.
 
* Los anuncios asocian la bebida con valores y estímulos atractivos para los adolescentes, como la amistad, el carácter y la personalidad, la transición a la adultez, el sexo, el riesgo y la aventura, etc.
España es uno de los países con menor imposición Fiscal en impuestos especiales sobre el alcohol.
 
INCERTIDUMBRES Y CONTRADICCIONES
 
* La graduación de las bebidas alcohólicas es un tema delicado y relativo. Por ejemplo, la cerveza tiene entre 4 y 7º la ginebra 40º pero un gin-tonic puede tener de 10 a 20º dependiendo de la proporción de la mezcla.
 
 
* Clasificar la gravedad del consumo de las bebidas alcohólicas en función de si son destiladas o fermentadas, asumiendo que está relacionada con la graduación, es el mismo error que la desterrada clasificación de “drogas duras y blandas”. Como señalan Jessor y Jessor (1997), la sustancia es sólo uno de los componentes que pueden indicar la gravedad de la conducta, los otros dos son: el contexto en el que se consume (atracón también denominado tipo nórdico; o por el contra consumo mediterráneo) y las características individuales de la persona que consume.
 
* Los padres y tutores pueden no entender muy bien ser multados por la conducta de ingesta de sus hijos cuando existe una actividad publicitaria y todo un sector comercializador de productos por cuyo consumo se les multa.
 
* Los adolescentes, por su percepción de invulnerabilidad y la etapa de búsqueda de sensaciones, entienden que lo que no está prohibido estricta y drásticamente, está permitido.
 
* Respecto a los “ocios alternativos” en la noche, organizados por muchos ayuntamientos, han demostrado ser, en su mayoría, poco efectivos. Bien por ser utilizados como paso previo al botellón posterior, bien por ser solo atractivo para preadolescentes que empiezan a “saborear” el gusto del ocio nocturno, bien por servir de “guardería” para padres que van a tomar unas copas con sus amigos. Además, estas actividades están totalmente desligadas de la vida cotidiana de los jóvenes con lo que no se genera una relación de continuidad con las mismas.
Señorías, concluyo agradeciendo su invitación. En España preocupa y mucho el tema de los menores y la droga, siendo que el problema más real es el del alcohol, los niños, los adolescentes y aun los menos jóvenes.  

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