CONTINUAS PELEAS CON SUS PADRES, INSULTOS, DESCALIFICACIONES

Juan tiene 17 años y vive en una ciudad pequeña. Es el mayor de dos hermanos. Su único mundo comienza a ser el skate. Comienza a faltar a clase y su rendimiento académico baja mucho. Tiene continuas peleas con sus padres, insultos y descalificaciones, la comunicación comienza a ser nula. En su escaso control ante las situaciones que le frustran, rompe cosas en la casa y da patadas a los muebles. Su círculo de amigos cada vez es más pequeño y comienza a juntarse con chicos que fuman porros y beben continuamente.

Sus padres muy preocupados y agotados acuden a Recurra, ya que sienten que no pueden con esta situación. Han perdido la autoridad, la ilusión de estar con su hijo y observan cómo la violencia se va incrementando en su hogar. Temen que su otro hijo repita los mismos patrones de conducta.

Antes de acudir a Recurra, han acudido a numerosas consultas de psicólogos y psiquiatras.

Juan Ingresa a Campus Unidos, donde reside más de 6 meses. Se adapta bien, pero al final se siente cansado de estar allí, quiere volver a casa. En Campus se trabaja con él el control interno, la tolerancia a la frustración, la confianza en sí mismo (para que repercuta en su autoestima), se le responsabiliza de muchas tareas para que tenga mayor independencia y autonomía, también comienza a mostrar sus sentimientos y a comunicarlos de una forma constructiva.

Con los padres se trabaja la flexibilidad, los límites y normas (se les empodera). También aprovechan este tiempo para descansar y retomar fuerzas. Se trata con ellos el tema de la comunicación con su hijo, para que no se limite solo a hacerle interrogatorios. Los padres deben aceptar que su hijo tiene gustos distintos a ellos…

 Finalmente Juan ha salido de Campus y se muestra muy respetuoso, comparte tiempos en familia donde disfruta y está estudiando.

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